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lunes, 9 de julio de 2012

Elecciones en Timor-Este, entre la inseguridad y la esperanza


Hace 12 años nacía la República de Timor Oriental o Timor-Leste, después de  400 años de colonización lusa y un cuarto de siglo de ocupación indonesia. Xanana Gusmao, que al igual que otros mandatarios actuales había sido un importante cabecilla de la guerrilla que luchó por la independencia y por los derechos del país, se convirtió en el primer presidente de un Timor libre.

Gusmao ocupó la presidencia hasta 2007 y desde entonces es primer ministro del país. En aquel momento, fue candidato a las elecciones legislativas por un partido, el Congreso Nacional para la Reconstrucción de Timor Este (CNRT), hecho a su medida.

Ramos-Horta, Nobel de la Paz y Presidente de la República (el país se rige por una Constitución calcada a la portuguesa) decidió designarle Jefe de Gobierno a pesar de que había sido el Fretilin, la fuerza política que más escaños había conseguido en las legislativas. Una coalición con otras dos fuerzas menores le permitieron jurar el cargo en medio de una violencia callejera brutal, donde fueron quemados varios edificios que albergaban agencias gubernamentales y diferentes ONG internacionales. Los seguidores del Fretilin protestaban así por lo que consideraban un fraude electoral, creyendo que eran ellos los que tenían que formar gobierno.

Cinco años mas tarde, Xanana Gusmao ha revalidado su cargo en las elecciones que se celebraron el viernes y en las que su partido, aún a falta de resultados definitivos ha conseguido 30 escaños y se queda a nada de la mayoría absoluta en la Asamblea.

El Fretilin, el partido que había ganado todas y cada una de las elecciones celebradas hasta ahora queda relegado a un segundo puesto con 25 escaños.
Las mayores sorpresas de estas elecciones han sido la entrada en el legislativo del Frente Mudança, con 2 escaños tras superar el mínimo del 3 % de los votos, y la desaparición de la escena política del Partido Social Demócrata, Acçao Democrata Timorense y los comunistas de Coligaçao Aliança Democrática.

El país, siguiendo el modelo noruego, creó un Fondo del Petróleo, que consistía en invertir el dinero obtenido de ese recurso y gastar sólo las ganancias conseguidas, eso sí de una manera sostenible. Una Ley dejaba muy claro lo que se podía retirar del Fondo y para qué se destinaría; la  Ley de Ingreso Sostenible Estimado (ISE) era la manera de garantizar que las generaciones venideras tuvieran las ayudas necesarias en educación o sanidad.

Pero a lo largo de la legislatura, el gobierno de Gusmao ha hecho uso varias veces de una cláusula legal para incrementar las aportaciones del Fondo al presupuesto del Estado.Y si bien es verdad que parte del dinero se ha invertido en proyectos de infraestructuras, educativos o de salud, ha habido indicios de corrupción en el manejo del mismo. Petróleo y corrupción han ido de la mano en los últimos años, según han denunciado varias organizaciones no gubernamentales y desde el banquillo de la oposición.

Por eso mismo, el tema energético  es un problema que el nuevo gobierno de Gusmao tendrá que poner en su lista de prioridades. El país necesita invertir en energías mas limpias y se necesitan aclarar todas y cada una de las licitaciones que se concedieron a la explotación de los yacimientos de gas y petróleo a empresas chinas, con tecnología antigua y altamente contaminante. Y porque con la tecnología china, también llegaron trabajadores chinos y los empleos que se reservaron los timorenses fueron puesto de trabajo poco cualificados y peor pagados. Esto en un país con unos índices de paro cercanos al 30%.

A la corrupción y al paro hemos de sumarle los índices alarmantes de pobreza en los que vive un 40 % de la población del país, el abandono de las zonas rurales, enfermedades que se han convertido en endémicas, la malnutrición y una mortalidad durante la maternidad propia de países africanos. Y todo esto en un país que económicamente está creciendo a un ritmo de dos dígitos.

El nuevo gobierno tiene cinco años por delante para corregir el rumbo de su modelo económico y hacerlo mucho mas sostenible. Un país que crece a ese ritmo no puede permitirse seguir manteniendo esos índices sociales. Y por supuesto, debe emprender una reforma de la administración timorense que acabe con todo signo de corrupción que haya en la misma.

Espero que el espíritu de lucha por su pueblo y el carisma que acompañó a Xaxana Gusmao durante sus años en la guerrilla aparezcan de nuevo y no defraude a un país que ha vuelto a depositar sus esperanzas en aquel que fue el primer presidente del Timor-Leste.







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