El mundo desde mi mac

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viernes, 22 de mayo de 2015

Isabel Allende, presidenta del Partido Socialista de Chile

En el mismo Salón de Honor del Congreso donde su padre – Salvador Allende Gossens – asumió como Presidente de la República en 1970, la tercera hija del matrimonio de Salvador Allende y Hortensia Bussi, la senadora Isabel Allende Bussi, se convirtió hace pocos días en la primera mujer en asumir la jefatura del Partido Socialista (PS) en sus 82 años de historia local. Fue una ceremonia cargada de simbolismos donde la parlamentaria recordó constantemente al presidente que ha marcado a fuego y sangre la historia del pueblo chileno.

Nacida en Santiago de Chile hace 70 años, Isabel Allende, llegó a la presidencia cultivando un perfil dialogante, abierto y conciliador y levantando la bandera de incondicionalidad hacia el Gobierno de Michelle Bachelet, también militante socialista desde su juventud. La parlamentaria reiteró el apoyo hacia la presidenta y su compromiso hacia un “proceso constituyente”, con que el Ejecutivo de la Nueva Mayoría – la coalición política que marco el fin de la Concertación y el nacimiento de un nuevo referente político amplio de centroizquierda – pretende poner en marcha una nueva Carta Magna que reemplace a la de Pinochet de 1980. Pero a pesar de sus reiterados apoyos a la presidenta, la llegada a la presidencia del partido de Allende coincide con una tensa relación con el gobierno, después de la traumática pérdida de dos ministros en el último cambio de gabinete. Las salidas de Alberto Arenas de Hacienda y de Álvaro Elizalde de la secretaria general del gobierno (que ejerce funciones de portavoz del Gobierno) fueron un golpe duro de asumir para los socialistas. De hecho, muchos vieron en la disminución de la presencia del partido en el gabinete un golpe directo a la recién electa presidenta.

El triunfo de la senadora por Atacama en las internas socialistas del pasado abril fue una sorpresa en la política local. Superó las expectativas en todo sentido. Tanto por la cantidad de militantes que llegaron a votar – cerca de 25 mil, superando todo pronóstico – como por la abrumadora mayoría individual que obtuvo. Medía fuerzas con un dirigente histórico, Camilo Escalona, impulsor de los inicios de Bachelet y compañero en la clandestinidad durante la dictadura al que se impuso por mas de 7000 votos de diferencia.

Desde el retorno a la democracia en 1990 Allende ha estado en primera línea tanto desde sus cargos en el Parlamento como en el partido. En marzo de 2014 se convirtió en la primera mujer en asumir la presidencia del Senado, un puesto que su padre tuvo entre 1966 y 1969, antes de llegar a ser presidente en su cuarto intento. Hace algunas semanas una encuesta política del Centro de Estudios Públicos (CEP) la señaló como la política mejor valorada del oficialismo – con un 45 por ciento de menciones positivas, superando a Marco Enríquez-Ominami y los ex Presidentes Ricardo Lagos y Sebastián Piñera – como de la oposición. Aunque Allende ha evitado referirse a un futuro presidencial, en las filas socialistas se comenta un escenario evidente: si en este momento el oficialismo celebrara primarias para elegir a su candidato para las elecciones de 2017, con probabilidad la elegida sería la hija del expresidente. Sera clave la estrategia electoral que elabore al mando del PS, pensando en el primer desafío que tiene que afrontar, las municipales del próximo año. En dicho plan, su figura puede ser fundamental para apuntalar a los candidatos a alcaldes y concejales y en consolidar su opción como principal figura de la izquierda chilena.

En Chile han explotado liderazgos femeninos muy importantes en los últimos tiempos. En 2012 Maya Fernández – nieta de Allende – Carolina Tohá y Josefa Errázuriz fueron la sorpresa de las elecciones municipales al arrebatar el puesto a veteranos alcaldes de la derecha, una gran derrota para el entonces presidente Piñera y quizá el preludio de la caída del centro-derecha en las generales de 2013 en las que se impuso La Nueva Mayoría. En marzo de 2014 la presidenta Bachelet comenzó su segundo período, después de haber vencido con el porcentaje de votos más alto cosechado por ningún presidente desde el retorno de la democracia. La principal multisindical del país, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), está liderada desde hace tres años por la comunista Bárbara Figueroa, y la estudiante de arquitectura Valentina Saavedra, es la presidenta de la principal federación de estudiantes de Chile, con la reforma educativa convertida en columna clave de la administración de Michelle Bachelet. Pero la representatividad política femenina sigue siendo baja: las mujeres apenas alcanzan un 16% de la Cámara de Diputados y del Senado, un 13% de las alcaldías y un 25% de las concejalías y, de los 23 asientos del consejo de ministros, sólo siete están ocupados por mujeres.

* La imagen proviene de la página del sitio de Historia Politica de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile