Algo se está moviendo en la corte de Nursultan Nazarbayev, el “dictador mas
querido de Occidente” en las últimas semanas. Aunque al sátrapa le gustaría
vivir para siempre, con 72 años y un cáncer de próstata del que se trata en
secreto en Alemania, la reciente remodelación de gobierno es una señal de que
el compañero de caza de el rey Juan Carlos y Vladimir Putin puede estar
pensando en la sucesión. Pero es casi seguro que, al contrario que en otras
repúblicas del Asia Central, la nominación no recaiga sobre ninguno de sus
vástagos.
La crisis de Gobierno y el relevo de altos funcionarios que se produjo hace
unos días, puede darnos pistas sobre los candidatos de Nazarbayev a sustituirle
al frente de una nación con una extensión de 2,5 millones de kilómetros
cuadrados (cinco veces Francia), una situación estratégica y sobre todo el
sexto país del mundo en recursos naturales.
Karim Masimov, al frente del Gobierno desde 2007 ha renunciado a su puesto
para hacerse cargo de la administración presidencial. El nombramiento del ex
primer ministro para ocupar el despacho contiguo al de Nazarbayev en Ak Orda,
el palacio presidencial de 32.000 metros cuadrados como uno de los muchos
ejemplos de los delirios de grandeza del dictador, es un claro indicio de su
influencia en un país en el que el poder está exclusivamente en manos del jefe
de Estado. Masimov viene a sustituir a Musin Aslan, otro de los hasta ahora
futuribles en el cuaderno azul de Nazarbayev, si no se hubiese visto envuelto
en un caso de corrupción demasiado evidente, que venía coleando desde hace años
en el oeste del país.
El hasta ahora jefe de Gobierno es un tecnócrata que sería muy bien visto
entre la minoría que disfruta de las ganancias que proceden de Kazmunsigaz, la
empresa pública de petróleo y gas. Una elite derrochadora y prepotente, nuevos
ricos, que pagan 50 euros, en un país cuyo sueldo medio no alcanza los 400, por
darse un baño en la playa artificial con arena traída de las Islas Maldivas de
un lujoso centro comercial de Astaná, capital del país, una mezcla delirante
entre la capital brasileña y Dubai. Las cancillerías occidentales y los
inversores extranjeros también respirarían mas tranquilos si Masimov fuera el
elegido. Le han tratado mucho y le conocen bien, ha sido en su despacho donde
se ha negociado en los últimos años, siempre con el permiso de Nazarbayev o de
alguna de sus tres hijas, el reparto de ese gran pastel en el que se ha
convertido, el subsuelo kazajo.
Serik Akhmetov, hasta ahora segundo en el gobierno de Masimov es el nuevo
jefe de Gobierno y otro de los candidatos a la sucesión del “Líder de la
Nación”, uno de los tantos títulos que ostenta Nazarbayev. Como Masimov también
proviene del centro del país, pero a diferencia de este, si es de etnia kazaja,
lo que puede jugar a su favor a la hora de la sucesión teniendo en cuenta la
política discriminatoria del Gobierno con el resto de las minorías étnicas del
país.
El nuevo jefe de Gobierno seguirá una política continuista, al dictado del
jefe del Estado y sin ninguna oposición parlamentaria que le lleve la
contraria. Nur Otan (Luz de la Patria) el partido de Nazarbayev obtuvo el 81%
de los votos en últimas elecciones celebradas en enero y los dos únicos
partidos que lograron superar la barrera del 7% necesaria para obtener representación
son afines al régimen.Timur Kulikáyev, yerno de Nazarbayev y presidente del
fondo soberano creado con el dinero del petróleo, es además el líder del Ak
Zhol (Camino Claro), segunda fuerza parlamentaria.Y el Partido Comunista del
Pueblo, formación salida del aparato del Partido Comunista que Nazarbayev
encabezó en la época en la que Kazajistán aún era una República Soviética, es
la tercera.
Kairat Mami es otro de los nombres incluidos en una lista que solamente
Nazarbayev conoce. Desde 2011, es presidente del Senado, la Cámara Alta kazaja
que tiene 47 miembros de los que un tercio son directamente nombrados por el
jefe de Estado. Y aunque se supone que los otros dos tercios son designados por
las regiones, Nazarbayev también influye en el proceso de manera indirecta,
porque es él quien nombra a los gobernadores de cada región. Los senadores son
simples hombres de paja de unos líderes regionales que tienen que ganarse el
puesto día a día. Mami, al contrario que Masimov y Akhmetov, no viene del mundo
de la economía. Es un abogado que ha sido presidente de la Corte Suprema de
Justicia, en un país con un poder judicial corrupto y donde los derechos
humanos son sistemáticamente violados por el gobierno.
Nurlan Nigmatulin, vicepresidente primero del Nur Otan y desde junio presidente
del Mazhilis la Camara Baja del país, Akhmetzhan Yessimov, alcalde de Almaty,
antigua capital del país o K.Kusherbayev, viceprimer ministro y Bakytzhan
T.Zhumagulov, ministro de Educación y Ciencia son otros de los nombres que
suenan para sustituir al ingeniero de la metalurgia que, gracias al oro negro,
un día fue recibido con grandes honores en la Casa Blanca, por su contribución
a la lucha contra el terrorismo y su apoyo a la guerra de Afganistán, mientras
varios proyectos urbanísticos de Astana eran puestos en marcha por la empresa
Bin Laden, de Arabia Saudí.
Aunque es difícil que la revolución pueda ocurrir mientras Nazarbayev esté
en el poder, la primavera árabe, es un precedente para los kazajos y el sucesor
puede encontrarse con una revuelta como las del norte de África. Esperemos que
Occidente-que no vio venir las revueltas árabes-no cometa el mismo error y
ponga al pueblo por encima de los hidrocarburos y las materias primas.
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