La semana pasada, la manifestación de la Diada reunió en Barcelona a
centenares de miles de personas procedentes de toda Cataluña. Una gran
representación de la sociedad civil catalana marchando bajo el lema Cataluña,
nuevo estado de Europa para la que la única solución a los problemas de
Cataluña pasa por ser un Estado mas en la Unión Europea. Demasiado tarde para
otra cosa.
Manifestantes catalanes que miran con envidia sana el referéndum de
independencia convocado por Alex Salmond, ministro principal y líder del
gobernante Partido Nacional Escocés (SNP). Un referéndum que se encargara de
preparar y negociar Nicola Sturgeon, viceprimera ministra escocesa, que salió
muy reforzada en la remodelación ministerial que Salmond llevó a cabo hace
escasamente dos semanas.
Nacida en 1970 en Invirne y Licenciada en Derecho por la Universidad de
Glasgow, la adjunta de Salmond y líder de los diputados del SNP, pertenece a la
generación de escoceses que crecieron durante los “días oscuros de la era
Thatcher”. Años de agitación social, en los que se despertó en Sturgeon la
pasión por la política y una vocación de servicio a los menos favorecidos, las
mujeres y las minorías.
Con 16 años se afilió al SNP y con 29, un 12 de Mayo de 1999 ocupaba un
asiento en un Parlamento escocés que volvía a convocarse trescientos años
después. Un día de muchas emociones para Sturgeon, que volverían a repetirse
cinco años después, cuando Alex Salmond y ella se hacían con el control de un
SNP en crisis, tras la dimisión de John Swinney a raíz de los malos resultados
en las elecciones europeas. La decisión de Sturgeon de renunciar a liderar el
partido y unirse al ticket de Salmond se demostró todo un acierto y hoy en día
forman una de las ‘parejas’ mas estables y fructíferas de la política europea.
Con Salmond en la Cámara de los Comunes, Sturgeon se convirtió en líder del
SNP en Holyrood y la recompensa a los tres años al frente del grupo
parlamentario le llegaría en 2007. El SNP ganaba las elecciones, Salmond era
nombrado primer ministro y Sturgeon, la número dos del gobierno y Secretaria
del Gabinete de Salud y Bienestar (el equivalente a Vicepresidenta para asuntos
de Salud y Bienestar).
Cinco años en los que Sturgeon ha gestionado con eficacia la salud pública
y la política social del gobierno escoces; a diferencia de su colega inglés
Andrew Lansley, el Secretario de Salud del Gobierno británico, sólo tiene
competencias en Inglaterra, que fue cesado por Cameron el mismo día que Salmond
remodelaba su gabinete.
Con Londres arañando el presupuesto cada año que pasa (no hay que olvidar
que todos los gastos de el gobiernos escocés dependen completamente de Downing
Street) Stargeon ha resistido las presiones de Westminster para la
privatización de la sanidad y abandona su despacho en el ministerio con el
proyecto de ley que permitirá casarse a las parejas homosexuales. El gobierno
de Alex Salmond se adelanta así, a los planes anunciados por Cameron en el
mismo sentido y Escocia se equiparará a otros países de la Unión Europea como
España, Bélgica o Suecia. Alex Neil, nuevo responsable de Salud será el
encargado de sacar adelante el proyecto.
Un año después de que los nacionalistas consiguieran un histórico triunfo
en las elecciones autonómicas, Salmond ha reorganizado el gabinete y Sturgeon
ocupa ahora un macroministerio que agrupa áreas que van desde las
infraestructuras al control de los fondos europeos o la coordinación del
gobierno. Pero sobre todo, centrará su esfuerzo en poner en marcha el proyecto
estrella del ejecutivo y el SNP. El referéndum de independencia convocado en
otoño de 2014, el “Si, nosotros podemos” que los nacionalistas hicieron suyo
mucho antes que Obama, que puede llevar al Reino Unido a su mas importante
crisis institucional de la historia reciente y convertirse en un precedente
para otras naciones similares dentro de la Unión Europea.
El 10 de Downing Street sabe que, hoy por hoy, los sondeos no auguran una
mayoría a las tesis independentistas y Cameron quiere acelerar los plazos de la
consulta para evitar que la gestión eficaz de los nacionalistas en el gobierno
propicie el cambio de opinión en la ciudadanía escocesa. El primer ministro
inglés quiere que el plebiscito se celebre lo antes posible, pero Alex Salmond
ha dejado claro que lo hará coincidir con la conmemoración de los 700 años de
la batalla de Bannonckburn por la independencia. El SNP y el gobierno están
además totalmente de acuerdo en que la papeleta plantee una tercera opción: el Devo-max
o indy lite, autonomía fiscal absoluta. En contra de la propuesta británica
que quiere un sí o un no, porque consideran que ante tal disyuntiva, los
escoceses no optarían por una opción tan “radical” como la ruptura total con
Londres.
La negociaciones entre Londres y Edimburgo van a ser muy duras y
complicadas. La fecha y la formulación de la consulta son solo una parte del
plebiscito que Sturgeon y Michael Moore su homólogo inglés ya han empezado a
discutir.
Sturgeon lleva años consolidando su poder en el Gobierno y en el SNP y la
decisión de Salmond de otorgarle el mandato de negociar el desafío mas
importante al que se enfrenta la nación escocesa desde hace tres siglos
refuerza la idea de que será su sucesora al frente del gobierno y del partido
en un plazo no muy largo. Seguramente Salmond vea reencarnado en ella, el
espíritu de lucha de sus compañeras del “Grupo del 79”.